Evolución Guerra Química y Biológica
Y para acabar, la más larga de todas.
La
evolución de ambos tipos de guerra ha sido patente pues a pesar de sus
prohibiciones se siguió experimentando en ambas materias. Hablaré primero sobre
la evolución de la guerra química, las contramedidas puestas en práctica y el
uso de gases tóxicos en los campos de exterminio; tras esto hablaré de la
guerra biológica o bacteriológica.
Las
contramedidas para los ataques con gas puestas en práctica durante la Primera
Guerra Mundial fue sobre todo el desarrollo de las máscaras antigás y su uso
generalizado, puesto que la guerra química fue común y podía ser letal, aunque
causó más bajas que muertes. Las primeras mascaras antigás eran muy
rudimentarias y especializadas contra un tipo de gas. Por ejemplo las máscaras
especializadas en el cloro contaban con los agentes para neutralizar a este
gas, igual que las de fosgeno eran diferentes ya que este gas no se neutraliza
de la misma manera que el cloro. El gas mostaza fue el único que no pudo
combatirse, no se encontró contramedida efectiva. Por otra parte, otro tipo de
contramedidas fue el intento de dispersar los gases o neutralizarlos con humo,
ambas contramedidas bastante inútiles. Posteriormente, las máscaras antigás (el
medio más efectivo contra los gases) se mejoraron durante la Segunda Guerra
Mundial pues aunque no se usaron gases durante la guerra, todos los
contendientes acumularon armas químicas.
Siguiendo
el orden cronológico, fueron los campos de exterminio los siguientes en usar
gases tóxicos para la eliminación sistemática de personas en las famosas
cámaras de gas. Las primitivas cámaras de gas eran habitáculos toscamente
construidos. Una vez los prisioneros quedaban encerrados, se arrancaba un motor
diesel exterior cuyo escape estaba conectado a la cámara. La muerte en estos
casos era provocada por el monóxido de carbono siendo una muerte rápida e
indolora, ya que antes de morir el prisionero se aletargaba en un sueño mortal carente
de dolor físico. Más tarde, estas primitivas cámaras de gas se mejoraron. Eran
cámaras más solidas y dotadas de supuestas duchas por donde se introducía
Zyklon B, un insecticida con base de cianuro desarrollado en 1920 por Fritz
Haber. Lo que éste provocaba era la sofocación y luego las victimas perdían el
control de los esfínteres por la anoxia. Tras esto venía la inconsciencia, la
muerte cerebral, coma y muerte. Como puede verse, la muerte no era instantánea.
Por último estaban los camiones de gas, con un funcionamiento similar a las
primeras cámaras de gas donde los prisioneros morían por la inhalación de
monóxido de carbono.
No
es que estos métodos puedan describirse como guerra química, pero sí es cierto
que se usaron agentes químicos para la eliminación de personas, por eso lo he
añadido a la conclusión.
Ya
para la Segunda Guerra Mundial, Alemania desarrolló gases venenosos: tabún, sarín
y soman. Pero las naciones firmantes del Protocolo sobre el Gas en la Tercera
Convención de Ginebra acordaron no usar gases en el futuro. De todos modos
Japón usó pequeñas cantidades de gas mostaza y lewisita en China y también se
lanzaron bombas de sulfuro de mostaza sobre Varsovia.
Centrándome
en los efectos que causaban estos nuevos gases, el tabún fue desarrollado como
pesticida, clasificado como agente nervioso. Es un líquido incoloro e insípido
con un ligero olor a frutas que puede convertirse en vapor si se calienta. Los
efectos que causa en las personas son irritación nasal, presión en el pecho,
visión borrosa, hiperhidrosis y salivación excesiva, nauseas, vómitos,
calambres, temblores, sacudidas involuntarias, jaqueca, confusión, pérdida de
la conciencia, coma, convulsiones y la muerte. El sarín también fue clasificado
como un agente nervioso, desarrollado originariamente como pesticida. Bastante
similar al tabún, el sarín es un líquido claro, incoloro e insípido pero también
sin olor, a diferencia del anterior. El soman es también un agente nervioso,
siendo un líquido volátil, corrosivo, transparente y casi sin olor. Fue
descubierto por Richard Kuhn en Alemania en 1944, y representa al último agente
nervioso de las guerras. Por último se encuentra el ciclosarín, descubierto en
1949 pero relacionado con los tres anteriores. El ciclosarín es un líquido
incoloro cuyo olor se ha descrito como dulce y mohoso, o semejante a melocotón
o goma laca. A diferencia del sarín es un líquido persistente pues posee una
baja presión de vapor y por lo tanto se evapora en forma relativamente lenta.
También es inflamable, a diferencia del sarín. Fue sintetizado originalmente
durante Segunda Guerra Mundial como parte del estudio sistemático sobre
organofosforados emprendido por los alemanes después de haber identificado su
potencial uso militar. Todos estos gases vienen del tabún y son agentes
nerviosos y tanto el soman como el ciclosarín son consideradas armas de
destrucción masiva.
Pasando
ya a la guerra biológica, durante la Guerra Chinojaponesa y la Segunda Guerra
Mundial, la Unidad 731 del Ejército Imperial Japonés realizó experimentos humanos.
En campañas militares, el ejército japonés usó armas biológicas en soldados y
civiles chinos, por ejemplo, en 1940, el Ejército Imperial Japonés bombardeó
Ningbo con bombas de cerámica llenas de pulgas cargadas con la peste bubónica. También,
tres veteranos de la Unidad 731 testificaron que fueron parte de una misión
para contaminar el río Horustein con tifoidea cerca de las tropas soviéticas. En
respuesta a las armas biológicas desarrolladas en Japón, y al momento
sospechado en Alemania, los Estados Unidos, el Reino Unido, y Canadá iniciaron
un programa de desarrollo de Armas Biológicas en 1941 que resultaron con la
aparición de tularemia, ántrax, brucelosis, y la toxina de botulismo.
Para
acabar, ambos tipos de guerra redescubiertos durante la Primera Guerra Mundial,
acabaron siendo demasiado peligrosos y como se ha visto, se intentó
controlarlo, aunque difícil en el periodo de entreguerras y a inicios de la
Segunda Guerra Mundial. En este tiempo se intentó limitar su uso, pero aun así
tanto los agentes químicos como biológicos siguieron desarrollándose para la
guerra, y las investigaciones continúan en la actualidad, habiendo más ejemplos
cercanos en el tiempo que lo expuesto sobre la Segunda Guerra Mundial.